Visitantes cósmicos de buena voluntad,sean bienvenidos a este lugarcito que albergará poemas, pinturas y toditas cosas que habitan mi alma...


viernes, 19 de abril de 2024

lo más bello que evoco 3: La higuera, de Juana de Ibarbourou, himno al piropo

alguien dijo, susurró algo, que en medio de una nochecita del alma me hizo sentir tan bella como la higuera de Juana se debe haber sentido. Porque más allá de si se trata o no de llamarse higuera, cuando una se siente llena de ramas grises, invisible, fea, e incluso una especie subalterna de repelente ambiental, esas vocecitas que ni saben todo lo que nos salvan, hacen del piropo una de las creaciones más útiles del universo universal, amén 



LA HIGUERA


Porque es áspera y fea,

porque todas sus ramas son grises,

Yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos,

ciruelos redondos,

limoneros rectos

y naranjos de brotes lustrosos.

En las primaveras,

todos ellos se cubren de flores

en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste

con sus gajos torcidos que nunca

de apretados capullos se visten....

Por eso,

cada vez que yo paso a su lado,

digo, procurando

hacer dulce y alegre mi acento:

«Es la higuera el más bello

de los árboles todos del huerto».

Si ella escucha,

si comprende el idioma en que hablo,

¡qué dulzura tan honda hará nido

en su alma sensible de árbol!

Y tal vez, a la noche,

cuando el viento abanique su copa,

embriagada de gozo le cuente:

¡Hoy a mí me dijeron hermosa!



( PD: mmmm... ¡y qué rico llegar al fruto! )

Barco quieto, de María Elena Walsh/ y divagación de la que suscribe

Sin duda, esta canción es de mis preferidas entre todas las canciones. La hizo María Elena, y la festeja la sensibilidad de mucha gente entre la que también estoy.

Sin embargo, hoy cuando la recordé y pensé en que no la había homenajeado en mis pinceles, pensé también en esta casa, la mía, pero también la tuya, la de cualquiera...pensé en la casa como un barco quieto que resiste... Que resiste la intemperie de los otros cuando, - a veces-, son los que nos marcan a pesar, un tatuaje inesperado en una parte ilesa de la piel. Pensé en la casa como el barco abrigadito en que nos aburbujamos, -como en un pullover de invierno-, para revisarnos las heridas sin crueldad, y para darnos algún aplauso necesario y una palmada de aliento allí donde alguien queriendo o sin querer propinó un golpe inaudito.

Cuando recordé esta canción hoy, pensé en mí, pensé en mi casa, con su ventana siempre luminosa si hay luz, con su oscuridad cálida, con su dulce reverberar en la paz conquistada, en el deseo de una honestidad inclaudicable. Cuando pensé en esta casa, pensé en la espera de ese amor al que todos, como María Elena, desearíamos pedirle que no se vaya nunca.

Y también pensé que en esta época de pedir que se vaya lo que se tenga que ir y que llegue lo que tenga que llegar, nos olvidamos frecuentemente de pedir que se quede lo que se tenga que quedar. Y que en realidad ese "se tenga" es bastante mentiroso, porque lo que estamos queriendo de veras, es que se quede eso que queremos, que apreciamos tanto que no regalaríamos jamás.

Y en el centro de cualquier amor, está el amor al centro mismo del amor, a su núcleo, que sin nosotros, no es ni será nada.

Por eso, no nos vayamos, quedémonos en este barco quieto aunque no sepamos todavía si es tan malo lo malo o tan bueno lo bueno que está sucediendo, quedémonos nosotros mientras el barco esté quieto, no sea cosa que cuando llegue "lo que tiene que llegar", no nos encuentre.

Gracias María Elena por esta canción con forma de zamba, que habla de tanto.



https://www.youtube.com/watch?v=Ef3e-Z7d8DU

BARCO QUIETO


No te vayas, te lo pido

De esta casa nuestra donde hemos vivido

Que nostalgia te puedes llevar

Si de la ventana no vemos el mar

Y afuera llora la ciudad

Tanta soledad


Todo cansa, todo pasa

Y uno se arrepiente de estar en su casa

Y de pronto se asoma a un rincón

A mirar con lástima su corazón

Y afuera llora la ciudad

Tanta soledad


No te vayas

quédate

Que ya estamos de vuelta de todo

Y esta casa es nuestro modo

de ser


Tantas charlas, tanta vida.

Tanto anochecer con olor a comida

Son una eternidad familiar

Que en un solo día no puede cambiar

Y afuera llora la ciudad

Tanta soledad


Estos muros, estas puertas

No son de mentira, son el alma nuestra.

Barco quieto, morada interior

Que viviendo hicimos, igual que el amor

Y afuera llora la ciudad

Tanta soledad


No te vayas

quédate

Que ya estamos de vuelta de todo

Y esta casa es nuestro modo

de ser



lunes, 15 de abril de 2024

La canción desconocida



Hay que estar cerquita de las cosas sobre las que uno opina

¡Hay tantas vidas posibles, tantos dolores y tanta alegría desconsiderada!

¡Hay tanta pasión puesta en cosas cuyo nombre ignoramos!

Porque, por ejemplo, nos tocó nacer en otra patria

En otra familia 

Rodeados de otras cosas y otros hábitos...

Es más lindo sentarse al fogón 

y en vez de pedir una que sepamos todos

sentarse a escuchar

la canción desconocida


miércoles, 10 de abril de 2024

MIEMBROS DE LA TRIBU, de Mary Oliver




Delante de mí

encendían su fuego

en los bosques oscuros

de la muerte.

 

¿Deberías nombrarlos?

Sus nombres resuenan, se ramifican.

 

Ustedes los conocen.

 

*** 

que la muerte es una serpiente misteriosa

bajo las hojas, deslizándose

deslizándose; sé

que el corazón también la desea, no puede

huir, no puede

 

romper su hechizo. Todo lo que existe

 

quiere entrar en el lento espesor,

sufre para estar en paz, finalmente y a cualquier costo.

 

quiere

volverse piedra.

 

***

 

En aquella época

cuando quería morirme

alguien

tocaba el piano

en el cuarto, al lado mío.

 

Mozart.

Beethoven.

Bruckner.

 

En la cocina

un hombre con una sola oreja

Estaba pintando una flor.

 

***

 

Más tarde

en el hospicio

empecé a distinguir, entre las aguas rojas

de la confusión;

 

descosí

las profundas puntadas

de mis pesadillas.

 

El viejo y querido trabajo humano.

 

No tenía nada que ver con desplegar.

en el suelo un camino de palabras

que pudiera ahogar

o acaso suavizar

el corazón.

 

Mientras tanto

Yeats, entre el amor y la furia, se ponía de pie,

junto a sus compañeros caídos;

Whitman seguía cayendo

por los pliegues de su ego.

 

En los campos

más allá de las ventanas cerradas

un joven que no podría vivir mucho más, y lo sabía,

escuchaba a un pájaro, marrón y sencillo,

que cantaba y cantaba en lo profundo de las ramas,

que no paraba de pedirle

algunas palabras, salvajes y esmeradas.

                                                                        Ustedes conocerán

esa estrategia, tan importante y elocuente

que tiene la cordura.

 

*** 

 

Les perdono

su infelicidad

les perdono

haberse ido del mundo.

 

Pero no les perdono

haber mirado hacia otro lado

sacarse el velo

bailar para la muerte-

 

a toda velocidad

hacia el olvido

al filo de sus exquisitos

poemas, anunciando:

este es el camino.

 

***

 

Estuve, por supuesto, todo aquel tiempo.

marchando

tras ellos, pidiendo

su consejo.

 

***

 

Y el hombre que solo

lavaba los pinceles de Miguel Ángel, arrodillado

en el suelo húmedo, observando

cada día los colores que chorreaban

 

Él llegó a vivir cien años.




(los poemas están tomados de esta  hermosa edición)

sábado, 6 de abril de 2024

Mary Oliver y El trabajo del sueño: El amanecer

¡Admiro tanto a Mary Oliver! pero es tan clara, que tratar de traducirla es redundar, y más aún cuando se dispone de excelentes artículos sobre su obra, y también sobre su vida. 

Por eso elijo aportar algunos poemas de este libro hermoso que elegí como regalo para mí misma en este año 2024, algunos poemas que no están demasiado difundidos aún. 

Aquí va el primero



EL AMANECER 


Podés morir

por un amanecer-

una idea

o el mundo. La gente


así lo ha hecho

con esplendor

entregando

sus pequeños cuerpos


a la hoguera, 

creando

una inolvidable

furia de luz. Pero


esta mañana, 

mientras trepaba las colinas cotidianas

bajo la maquinaria cotidiana

del amanecer, pensé


en China

en india

en Europa, y pensé

en cómo el sol


resplandece 

para todos y tan

alegremente

cuando sube


bajo las pestañas 

de mis propios ojos , y pensé

¡Soy tantas! 

¿Cuál es mi nombre? 


¿Cuál es el nombre

de este aire que respiraría 

una y otra vez

por todos nosotros? Llamalo


como quieras, es 

la felicidad, una

de las formas de entrar

al fuego.



sábado, 30 de marzo de 2024

Collage de flores y verdes para los tiempos venideros
















 

Fotografías propias, -excepto el niño con la flor ( de la web)-, tomadas en lugares significativos o azarosos, que me resultan hondamente inspiradoras, porque al mirarlas siento que respiro.

en otoño, poema de Eva Murari


 

En otoño

También hay flores.

Su trabajo es brillar

mientras todo se sosiega.


Eva Murari

lunes, 18 de marzo de 2024

ODA A LA ESPERANZA, de Pablo Neruda


Crepúsculo marino,

en medio de mi vida,

las olas como uvas,

la soledad del cielo,

me llenas y desbordas,

todo el mar, todo el cielo,

movimiento y espacio,

los batallones blancos

de la espuma,

la tierra anaranjada,

la cintura incendiada

del sol en agonía,

tantos dones y dones,

aves que acuden a sus sueños,

y el mar, el mar,

aroma suspendido,

coro de sal sonora,

mientras tanto,

nosotros, los hombres,

junto al agua,

luchando y esperando,

junto al mar,

esperando.

Las olas dicen a la costa firme:

Todo será cumplido.



Esperanza, del verbo Esperanzar, Paulo Freire

Hace un tiempo improvisé un apunte-poema al que llamé "la esperanza".

La esperanza en el sentido de la espera, de lo que espera en nosotros. Y de todas las cosas que hacemos y somos capaces de hacer para continuar en esa espera, muchas veces de un objeto preciso, muchas veces de situaciones o actos externos a nosotros, muchas veces de milagros que no nos involucran, sino más bien a otros, a los que muchas veces nombramos internamente dueños de nuestro bienestar, o felicidad.

Esa esperanza es a la que alude la querida Pema Chödron cuando habla en nombre del budismo, caracterizándolo como un ateísmo, en el sentido de no aferrarse a "niñera" alguna. Por niñera ella entiende ese "algo" que buscamos, para aferrarnos, para ampararnos, para estar a salvo, incluso en ideas y doctrinas, budismo incluido. Tal vez pueda haber algún parecido, algún punto de roce con el psicoanálisis en esto, pero hasta ahí... El budismo tiene en su carta magna la premisa de hablar sólo de lo que se ha experimentado y comprobado en carne propia. Aunque también la voz del propio Sócrates advertía que a la verdad no se llega nunca por completo, pero el camino hay que hacerlo a riesgo y cuenta propios.

Aunque también podemos pensar de otro modo la acción de esperar, porque la espera es una distancia real bien necesaria entre lo que hay y lo que se vislumbra o desea. Por más que la ciencia haya avanzado monumentalmente, ninguna madre sabe cómo será el primer encuentro con su hijo recién nacido hasta que eso suceda, ni por bien que se siembre, nos es posible adelantar los resultados de una cosecha. En ese sentido la espera es un tiempo que puede ser muy fecundo.

Pero la otra espera, la antojadiza, o aun no siendo caprichosa, la que se pone la batuta en el cerebro, y queda fijada en un solo resultado deseable y posible...esa espera por lo general tiende a querer forzar al destino, y es a la que quise referirme.

Sin embargo, mi admirado y querido Paulo Freire vuelve a despertarme, al hablar sobre la esperanza de otro modo. No es más que un texto que está circulando mucho en las redes por estos tiempos, y que habla de otra esperanza ya no ligada a la espera, a la pasividad, sino a la creatividad.

Hago eco en sus palabras, y me trae a eso que llamo "intencionar", palabra con la que deseo designar todos los preparativos que es posible hacer desde el alma hasta las manos, para traer ya no cosas externas (a-traer), sino nuevas costumbres vitales a nuestra propia existencia, y por qué no, a la existencia colectiva.

Él dice:

“Es preciso tener esperanza, pero tener esperanza del verbo esperanzar; porque hay gente que tiene esperanza de verbo esperar. Y la esperanza del verbo esperar no es esperanza, es espera. ¡Esperanzar es levantarse, esperanzar es perseguir algo, esperanzar es construir, esperanzar es no desistir! Esperanzar es avanzar, esperanzar es juntarse con otros para hacer las cosas de otro modo… Es preciso reinventar el mundo, buscar su belleza. Belleza que pasa por nuestra capacidad de imaginar, de crear, de actuar, de transgredir… de comprometernos con la existencia humana, alimentados aquí por la esperanza”.

Voto entonces, e invito a votar por esa forma de la esperanza.




jueves, 14 de marzo de 2024

El horizonte, de Joan Manuel Serrat


https://www.youtube.com/watch?v=1DfY_eiJKbw


Puse rumbo al horizonte

y por nada me detuve,

ansioso por llegar

donde las olas salpican las nubes,

y brindar en primera fila

con el sol resucitado,

sentarme en la barandilla

y ver qué hay del otro lado.

Y cuanto más voy pa' allá

más lejos queda,

cuanto más de prisa voy

más lejos se va.

Allí nacen las leyendas

y se ocultan los secretos

y se alcanza a dibujar

con las estrellas en el firmamento.

Sueño con encaramarme

a sus amplios miradores

para anunciar, si es que vienen,

tiempos mejores.

Y cuanto más voy pa' allá

más lejos queda,

cuanto más de prisa voy

más lejos se va.